Publicado el 1.6.22 Histórica integrante, mezzosoprano, de la Orquesta Folclórica que, el 6 de diciembre de 1972, actuará en el Teatro Vera en la presentación inaugural de la Orquesta Folclórica de la Provincia.

Esta formación, si bien contó con los antecedentes de otras, dirigidas por Ricardo Suárez, Naúm Salis y Oscar Espíndola Moreyra, tuvo como maestro director Herminio Gimenez. Este año cumple, junto a la Orquesta Sinfónica, 50 años de actividad ininterrumpida. La orquesta Folklórica es un organismo dependiente de la Dirección de Artes Escénica, Música y Artes Audiovisuales del Instituto de Cultura.

Lidia Catterino

Lidia provenía de una familia de trabajadores, su padre era operario de una empresa láctea y su madre ama de casa. Tenía una sola hermana, menor, Marta. Estudiaba en la facultad de odontología cuando se presentó a la prueba que, “el maestro Herminio, venía realizando desde el mes de agosto y septiembre del 72, a distintos músicos y cantantes.

De esa prueba resultó tener un registro de mezzosoprano. En ese sentido, el maestro Gimenez, armó su coro con la mitad de voces femeninas y el resto masculinas” - recuerda Carlos Maciel, músico guitarrista del organismo, que participó desde su creación, hasta su jubilación y que fuera director de la Orquesta desde 1994, al 2012.

No había en su familia, antecedentes de artistas, ya sean cantantes o músicos. Simplemente, al enterarse de que estaban haciendo pruebas de canto, un día se animó a presentarse para la selección de voces, y consiguió ingresar, llegando a obtener el nombramiento en el organismo.

La Orquesta Folklórica fue de enorme ayuda y un factor decisivo en la obtención de su título universitario ya que, por ese tiempo, su padre se encontraba desocupado. Lidia estudiaba odontología y siempre se destacó por su constancia y compromiso. Alcanzó a terminar la carrera en tiempo y forma. “Lidia Catterino, estará entre las integrantes fundadoras de la Orquesta Folklórica que debutó el 6 de diciembre de 1972”- recuerda Maciel. Obviamente, ya formaba parte del organismo, al momento del ingreso de Daniel Larrea, un cantante, a quien conocerá no solo de la folklórica, sino también, en la facultad de odontología. De esta manera, comienzan un noviazgo que tendrá una duración de dos años, antes de contraer matrimonio.

Comenta su hija Lorena: “Por aquel entonces, todos los artistas se conocían por las peñas que se hacían en el aeroclub. Lo cuenta en un video Mario Bofill, muy amigo de mi madre, explicando cómo se dio la relación con mi padre”.

Por su parte Elena Godoy -soprano- comenta: “Había un tema, que cantaba y que la caracterizaba, “Canoita Pescadora”, entre otros”. Su voz de un estilo singular, pasará a ser inconfundible al quedar inmortalizada en temas insignes de Pocho Roch, que ella interpretó y grabó.

Participó de la grabación de algunos LP como: “Orquesta Folklórica de la Provincia de Corrientes. Corrientes y su Música en Nueva Dimensión” (febrero del 73); “Corrientes Hoy” un material de Pocho Roch, presentado en el Teatro Vera en el año 84 y donde Lidia es solista en temas como Juancito Capichuá, “Recuerdos Itateños” y; otro material de Pocho es “Canciones al viento”.

Ella fue una de las voces emblemáticas de Pocho Roch, donde el autor se caracterizaba por seleccionar timbres, particularmente suaves, serenos y bellos.

“Ellos se casaron y después no continuaron en la orquesta. No sé qué pasó. Creo que hubo un parate en el 76, por los militares. Yo nací y permanecí en Corrientes, hasta los tres años, después nos fuimos a Campo Viera (Misiones) para finalmente, un tiempo después, establecernos en Posadas.

De a poco se fue agrandando la familia, nació Rocío en Corrientes, porque a pesar de vivir en Misiones, mamá volvía a Corrientes, a atenderse con su médico. En cambio, con Matías- tercer hijo del matrimonio-, se hizo atender en Misiones y él, nació allí. Permanecimos en esa provincia hasta 1987, en que, luego de separados, mis padres, volvemos los tres hermanos, junto a mamá, a Corrientes. Ya para el año 88 comencé un colegio de Corrientes.”- recuerda, su hija Lorena.

Lidia volvió a la casa de sus padres con sus tres hijos pequeños y prácticamente, sosteniendo la familia, ella sola. Se repartía entre su consultorio privado, la atención en el CAP 8 y la facultad, donde daba clases como profesora universitaria. El canto para ella era una cuestión ocasional. Importante, sí, pero no de modo profesional. Para Lidia lo suyo era la odontología, inversamente a lo que sentía y vivía su ex esposo, Daniel.

En junio del año 2008, sufre un Accidente Cerebro Vascular, que le afecta de manera fulminante. Estará internada en Terapia Intensiva por 33 días, y sobrevivió ese episodio por cuatro meses, hasta que finalmente un domingo, 29 de octubre, “Día de la Madre” y estando nuevamente internada, falleció.

Lidia siempre fue clara, quería que sus restos fueran incinerados y arrojados al río. Es más, dejó todo arreglado, para que así fuera y su voluntad fue respetada. Sus cenizas se depositaron en el Paraná.

Sus hijos, cada uno con una orientación muy marcada por sus padres: Lorena, la mayor, es cantante, aunque se encuentra estudiando para técnica dental. Rocío es Profesora en Artes Escénicas y tiene a cargo el grupo Alto Vuelo, donde se forma a los niños y adolescentes en canto, baile y actuación. Por su parte Matías terminó su carrera de odontólogo poco después de que falleciera Lidia, y se mudó a Misiones.

Agradecimientos a:

Carlos Ubaldo Maciel

Lorena Larrea Catterino

Elena Godoy